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Desde el zulo

Bcn-Wiesloch-Limen-Frankfurt-Bcn-Madrid-Valladolid-Madrid-Barcelona

Bcn-Wiesloch-Limen-Frankfurt-Bcn-Madrid-Valladolid-Madrid-Barcelona Me dormi, no lo pude evitar. Las diez de la mañana, llevamos dos horas de conferencia en alemán y no consigo que ningun estimulo me mantenga despierta. He contado los agujeritos de la silla de delante, del derecho y del revés, cruzado y descruzado mil veces las piernas y pellizcado los brazos. Nada, no hay manera. Me cuesta tener los párpados abiertos. Desde mi cacharro de radio, conectado a los traductores, me llega el eco amortiguado de una alemana traduciendo en inglés, un inglés rasposo y lleno de jotas, y yo, sencillamente, ya no soy capaz de enterarme de nada, porcentajes, estadísticas, estudio económico del ahorro como argumento de venta. De repente abro los ojos y descubro al jefazo de la empresa mirandome directamente a los ojos con cara de reproche. Ayyyy, diossssssss....me ha pillao de lleno. No lo puedo evitar, mr. Dupont, I'm really, really sorry....

Limen es una ciudad preciosa, la típica ciudad de provincias europea, donde todo parece sacado de un cuento de hadas. Visité el palacio donde Mozart dió su primer concierto a los cinco años. Cenamos en una de las tabernas más antiguas de Europa. La catedral de Limen tenía paneles de corcho con cientos de papeles de colores colgados, cientos de trozos de folios cada uno con un deseo en un idioma distinto, y yo no pude evitar colgar el mio, que es para todos y ojalá se cumpla. En las ventanas cientos de flores en una calle de piedra, todas adornadas con patitos, duendecitos de ceramica, lacitos y guirnaldas; es precioso, pero lo miro y no puedo evitar sonreir: donde yo creci todo eso no duraria ni un segundo en la ventana sin que nadie lo robara y a nadie le extrañaría, incluso sería motivo de burla.Que diferencia de temperamentos, que diferencia entre el norte y el sur.

El aeropuerto de Frankfurt es impresionante. A su lado, el nuestro parece de provincias. Pero qué orden, que silencio ordenado, que limpieza. Unas tumbonas negras para que puedas dormitar y relajarte. Pero no es Barcelona. Que ganas tengo de llegar. Encuentro un buzón para las postales, una mania que tengo, aunque sepa que llegarán mucho mas tarde que yo. Siempre me ha gustado escribir cartas.

Mierda de maleta y mierda de aeropuerto de mierda. Ahora resulta que tengo que facturar en la terminal B y volver corriendo a la A porque pierdo el vuelo. Para qué la cambian en los paneles, entonces? le pregunto de mal humor a la de spanair, y tú para que te vienes a la A si te ponía la B, me responde ella de la misma mala leche. Vale, va lleno, no me lo creo...quiero un café, algo caliente, pero ahora, a lo sumo, te dan caramelos, o bombones. A mi derecha una señora mayor que viaja sola se pone a rezar cuando el avión coje la pista, levanto la vista del libro y la miro sonriendo, señora.... quiere usted mi bombón? la señora lo acepta de muy buen grado, y me cuenta que ella es catalana, pero que ha vivido toda su vida en madrid y no lo cambia, yo le digo que es bonito tener lo mejor de dos tierras y me quedo dormida, postura madre del rey oyendo de lejos la letania de la señora, que reza muy bajito un padre nuestro tras otro.

Hacia años que no pillaba un tren tan largo. En total, siete horas entre ida y vuelta, dormitando mientras atravieso la sierras llegar a Valladolid, estar dos horas, y volver. El revisor me despierta diciendo que tengo que abonarle la diferencia del billete.

Voy a dejar de fumar. Definitivamente. Me enciendo el cigarro en el punto de fumadores del aeropuerto. Un cenicero gigante rebosa colillas hincadas en esa gravilla de color marron, amenazantes como colmillos. Me siento como una delincuente, ni siquiera puedes sentarte, asi que fumas deprisa para largarte. Mientras lo apago, miro un cartel gigante que hay justo detrás. Es un anuncio de marlboro, creo. Una foto de un hombre guapo mira a una rubia sentada a su derecha, que le sonríe con aire lánguido. A su izquierda, una morena igual de guapa, mira a la rubia sonriendo cándidamente. En la mesa hay tazas de café y un cenicero. Pero ninguno de los tres fuman.

Cuando salgo de la terminal y veo a sofia y a juan esperandome, siento como se me caen los hombros, me desinflo en los brazos de mi mejor amiga, que me da un abrazo y me dice que me ha echado de menos. Y yo a ella.

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